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En plena época de intrigas palaciegas y califales, muere su padre, y asume Yahya Alí Ibn Hammud, quien pretendía a la joven princesa, requiriéndola como concubina y prometiéndole todo tipo de riquezas, sin embargo ella lo rechaza rotundamente y Yahya le retira todos los favores y derechos. Dejando a ella y a su madre relegadas a los peores aposentos del palacio. Pero al año siguiente asume el poder Abderrahman V, de la dinastía Omeya, como Wallada, y conociendo ya sus trabajos poéticos, su inteligencia que le ha servido para que él asuma el trono, la restituye de honores y la considera como una hermana.
Crea un Salón literario y un palacio. En ese Salón, daba clases a las hijas de la nobleza, de familias poderosas y también a esclavas en la poesía, canto y en las artes del amor.
Fue considerado el centro cultural de la época, donde grandes poetas y familias bien, se reunían en tertulias recitando poesías y al ritmo sensual de laúd cantar al amor. Se cuentan que se solía hacer retos de poesía entre los participantes y literarios de entonces.
Fue en uno de esos encuentros donde conoce a Ibn Zaydún, de quien se enamora perdidamente.
De familia noble, inteligente, elegante y atractivo, y ella culta, bella y arrolladora, ambos quedan extasiados uno del otro. Su relación fue tan apasionada como turbulenta, y no privadas de escándalos.
Reconocida por su liberalidad y por ser muy atrevida, se paseaba por la calle sin velo y ataviada con ropajes transparentes, a la moda de Bagdad, que le generó muchos detractores, pero también defensores, como el poeta Ibn Hazm.
Si bien su relación con Wallada estuvo llena de pasión y fuego, no impidió que éste pusiera los ojos en la esclava negra de Wallada o al menos, eso se ha dicho.. Cuando ella descubre su relación con su esclava personal y que tanto amaba , ya que la había encontrado en la calle, y visto su hermosura, la acoge en su palacio personal, le enseña en las artes poéticas, cantos y la pule como una esclava refinada, y muy cercana a ella, rompe abruptamente su relación con Ibn Zaydún. Por su dolor , celos y rencor, ella se lo demuestra plasmándolo en sátiras,y versos bastantes duros y fuertes, hacia Ibn Zaydun, entre los cuales podemos leer (traducido al castellano)
El hexágono
Tu apodo es el hexágono, un epíteto
que no se apartará de ti
ni siquiera después de que te deje la vida:
pederasta, puto, adúltero,
cabrón, cornudo y ladrón.
que no se apartará de ti
ni siquiera después de que te deje la vida:
pederasta, puto, adúltero,
cabrón, cornudo y ladrón.
Estos versos, tambièn conocido como la sátira de los 7 insultos, donde podemos ver, una descarga de toda su rabia contenida.
Otra de sus sátiras ya tratándole casi abiertamente de homosexual con la cual nos da pie a pensar que muy probablemente no haya sido con su esclava negra con quien le fue infiel, sino que le haya pescado in fraganti con su secretario masculino.
Ave veloz
Ciertamente que Ibn Zaydūn, a pesar de su prestigio
Estaba sonado por los barrotes de los pantalones;
Si un pene viera, sobre alguna palmera,
Él sería de las aves más veloces.
Estaba sonado por los barrotes de los pantalones;
Si un pene viera, sobre alguna palmera,
Él sería de las aves más veloces.
Sea esclava o secretario, la cuestión que ella ha cerrado su corazón y nunca mas le perdonó, Hasta tal punto de vengarse y hacerle prender y despojar de sus bienes hasta dejarlo en la misma pobreza.
Se cuenta que cuando quedo libre Ibn Zaydún, andaba merodeando las calles por las noches, como un alma en pena, arrepentido y pidiendo su perdón en no pocos poemas y también algunos con rencor por el nuevo amante de Wallada, Ibn Abdús, ministro de Córdoba
Wallada, convivirá con Ibn Abdús sin casarse legalmente y recibiendo todos los favores de ella y disfrutando de su belleza e inteligencia hasta su muerte. Fallece el 26 de Marzo de 1091, el mismo día que las huestes almorávides entran en Córdoba para hacerla caer...